Δευτέρα 15 Απριλίου 2019

Cuba y Angola: La guerra por la libertad - Y. Tsalavoutas


 Buenas Tardes.
Tomo la palabra de Georges para hablar sobre este libro pequeño pero importante, que describe un capítulo valioso aunque no muy conocido de la historia de Africa y de Cuba. Personalmente tuve el honor y el placer de contribuir en la traducción del libro de español, a pesar de no ser un traductor profesional.
Como introducción, voy a pronunciar unas palabras sobre los vínculos estrechos de Cuba con Africa. Voy a referirme solo brevemente sobre el propio libro, y eso porque tenemos el placer y el privilegio de auspedar en nuestro panel el estimado compañero y amigo José Oriol, el consul de la embajada de la Repiblica de Cuba en Grecia, más con la cualidad del veterano de la guerra de Angola y menos como diplomático. Concluiré con un esfuerzo de conectar el libro con la clase obrera en Grecia.



I.     Cuba y Africa

Los lazos de amistad y solidaridad de la Cuba sosialista con Africa datan desde muy antaño. En 1961, cuando todavía Argelia luchaba por su independencia, Cuba envió un cargamento de armas y medicamentos. En 1963, envió también los primeros tanques de combate que había recibido de la Unión Soviética, junto con 700 soldados, para rechazar la amenaza agresora desde Marruecos.
Fue fundamental en el capítulo de la liberación de Africa la aportación del gran revolucionario Ernesto Che Guevara. Che labró esfuerzos sobrehumanos y ofreció el mejor ejemplo para que esta lucha fuera exitosa, con su participación el la guerrilla de Congo en 1965, no solo en el campo de batalla sino también en la retaguardia. Insistía en un trato igual de cubanos y africanos, obligaba a sus soldados a respetar a los campesinos y a las mujeres, acceptó subordinarse a los jefes militares locales, se interesó aprender swahili y ganó el cariño de los nativos por sus servicios como médico y maestro.
Sin embargo la coyuntura se mostró desafortunada, porque cuando llegaron los cubanos los nucleos revolucionarios estuvieron ya apagados. Aunque Che no logró fulminar un Viet Nam africano en 1965, la experiencia de sus compañeros en el Congo y en otros paises vecinos se probó imprescindible y ayudó a los exitosos intentos lbertadores durante los próximos 25 años, con el capítulo mas brillante en Angola.
Importante fue también la aportación de Cuba en la liberación de Guinea-Bisau (1974), de Mozambique (1975) y para el rechazo de la invasión – con motivos imperialistas – de Somalia en Etiopia (1977-1978).


II.   Cuba y Angola

Cuba y Angola – La Guerra por la Libertad es un relato de primera mano de la histórica misión internacionalista de cubanos en Angola, narrado por Harry Villegas, hoy General de Brigada (retirado) en las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) de Cuba, mejor conocido en todo el mundo como “Pombo”. Ese fue el nombre de guerra en swahili que le dio Guevara en Congo. Pombo combatió al lado de Che durante una década, primero en la guerra revolucionaria que el enero de 1959 derrocó a la dictadura de Fulgencio Batista apoyada por Washington, y después en misiones internacionalistas en Congo (1965) y Bolivia (1966-67). Luego sirvió en tres misiones en Angola, en varios puestos (1977-1990).
Cuba y Angola no es solo el testimonio de un veterano soldado. Sí contiene impactantes descripciones testimoniales de batallas decisivas, en Cangamba y Cuito Cuanavale, entre otras. Sin embargo, su valor más grande radica en las lecciones políticas  que transmite: lecciones que ante todo, como deja claro Pombo, le inculcó el Comandante en Jefe Fidel Castro, con quien trabajó durante esta misión por siete años (1981-1988).
Después de cinco siglos de colonialismo y más de diez años de lucha armada, Portugal concedió a Angola la indepedencia el 11 de noviembre de 1975 y el gobierno a MPLA, el movimiento de liberación más fuerte y firme ideológicamente. A la vez estalló la guerra con las otras dos organizaciones armadas, FNLA y UNITA, las cuales no reconocieron el gobierno y fueron apoyadas económicamente por los EEUU y militarmente por Zaire y Sudafrica, poderes extranjeros que invadieron Angola y obligaron al gobierno que pidiera ayuda militar y técnica de Cuba.
La guerra duró en total 16 años, hasta que se firmara  la paz gue garantizó no solo la soberanía nacional y territorial de Angola, sino también la independencia de la vecina Namimbia (1990), y aportó escencialmente a la caida del régimen racista de apartheid en Sudafrica (1994).
En Angola sirvieron en total 425.000 voluntarios internacionalistas cubanos y más de 2.000 de ellos perdieron la vida en el país africano. “Los cubanos no tomaron nada en cambio, solo los cuerpos de sus compañeros fallecidos” (Amílcar Cabral).
Pues tomaron algo mas: Los protagonistas de esa hazaña en Africa volvieron con conocimiento mucho más mejor de la cara verdadera de la explotación capitalista y la dominación imperialista. Entre ellos, tres de los Cinco Heroes Cubanos (Gerardo Hernández, Fernando Gonzáles y René González) cumplieron misión en Angola. José Oriol Martínez Marrero, quien nos honra hoy con su presencia acá, también cumplió misión en Angola.


III.             III. Cuba, Africa y Grecia

Voy a concluir planteando sobre la experiencia que me dejó mi aportación a la publicación del libro Cuba y Angola, y haciendo una estimación sobre el valor y el interés que pueda tener para los lectores grecoparlantes, griegos y extranjeros trabajadores.
Cuba y Angola a lo largo de menos de 150 páginas difunde no solo información de interés histórico y geopolítico sobre la Guerra de Angola entre 1975 y 1991, sino también raros datos bioculturales y vivencias de las condiciones en Africa.
Hasta la década de los 1960, todos los testimonios existentes sobre la llamada “Continente Negra” – perífrasis que quiero pensar que por lo menos en Grecia se utilizaba más por gusto de exotismo que de racismo – fueron casi exclusivamente según la mirada del hombre Blanco, primero conquistador/colonialista y luego profesional quien miraba siempre, con más o menos honestidad, de cierta distancia y con eurocentrismo las condiciones específicas de Africa subsahariana.
El primer testimonio conocido de una mirada y mentalidad diferente fue Pasajes de guerra revolucionaria: Congo, de Ernesto Che Guevara, el diario de la campaña militar de 1965 que se publicó en libro muchos años después (1999).
En Grecia, como consecuencia de los equilibrios geopolíticos que se resultaron después de la Segunda Guerra Mundial, se incorporó en el bloque de Occidente, es decir el supuestamente privilegiado Primer Mundo. Sin embargo, vivió con diferentes maneras y a varias ocasiones en su pellejo la bota y el látigo del imperialismo. En los eventos de diciembre de ´44, en las montañas de Gramos, en la peninsula coreana, luego en el Chipre martirial.
Durante la última década, en los años de la crisis financiera, las consecuencias de la vorágine neoliberal que plaga el mundo fueron el deterioro violento en el nivel de vida de la mayoría de la clase obrera, la fuga de cerebros de cientos de millares de jovenes cientificos al extranjero y la perdida de la poca soberanía nacional y económica de otrora, en el contecto de las políticas de los gobiernos que siempre expresaban y siguien expresando los intereses de elites locales y extranjeras.
Sin duda alguna, además que los nativos la crisis afectó, aún más dramáticamente, los cientos millares de inmigrantes económicos y refugiados que viven y trabajan en Grecia, y consisten la parte más vulnerable de la clase obrera, porque más que la explotación de costumbre por parte de los empleadores, sufren también el terrorismo por mecanismos paramilitares en las orillas del llamado arco democrático, los cuales se subsidian del gran capital y se apoyan política y jurídicamente del estado burgués de “ley y orden”.
Por todo mencionado es importante que se publiquen libros y se organicen iniciativas que muestren un diferente modo de pensar y actuar, el de humanismo, amistad y solidaridad de los pueblos. “Solidaridad es nuestra deuda a la humanidad”, según Fidel.
Fue importante con el motivo de esa presentación que se acerquen no solo los griegos y cubanos residentes en Grecia, sino también miembros de las comunidades africanas, representantes sobre todo de las generaciones jovenes quienes no vivieron ni se enseñaron el componente clasista de las luchas anticolonialistas de las décadas de los 60 y 70, y aún menos de la aportación cubana a la liberación de paises africanos y a la caida del régimen racista de apartheid, el cual el Occidente Blanco y “civilizado” con hipocrecía condenaba oficialmente con declaraciones vacías mientras lo apoyaba económica y militarmente a través de canales informales.
Por eso es importante que el libro Cuba y Angola se convierta en oportunidad para una campaña más coordinada de información y acción en asuntos de erradicación del racismo, fortalecimiento de la solidaridad internacionalista y fomento de la inclusión de personas con rasgos raciales, culturales y religiosos diferentes. La Revolución Cubana sigue siendo un ejemplo luminoso, no solo por los logros dentro del la isla, sino también por su actuación e influencia en nivel internacional, hasta hoy día.
Gracias.

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